Friday, April 19, 2013

El MANGOS EN:

AARON G.A.R.H.G

18 años tuvieron que pasar, un día después mi cumpleaños volví a encontrarme con Aaron, aquel niño que se me aparecía de la nada en mis años de infancia y fue mi compañero de juegos cuando estaba solo o lejos de mis hermanos, él era quien me daba las respuestas de los exámenes en la escuela, me daba indicaciones en la calle cuando me extraviaba y me enseño a jugar soccer. Un día de repente no volvió a aparecer, justo cuando entré en la adolescencia y tenia que dejar de creer en amigos imaginarios. Un poco de madurez y terapia con drogas me ayudaron a superar a aquel producto de la imaginación.

Hoy volví a encontrarme con él, ya no era un niño, de hecho ahora parecía un hombre de mi edad y un así pude reconocerlo. Lo saludé y me alegré de verlo pero también me sentí estúpido porque sabia que me estaba volviendo loco de nuevo. Él me vio e hizo una mueca mientras se tallaba los ojos con el dorso de la mano y dijo: 

-Es increíble que después de tantos años me encuentre otra vez contigo, me alegra ver que uno de los mejores recuerdos de mi vida se me aparezca de repente cuando las cosas parecen no estar del todo bien. Volver a verte me hace saber que siempre hay una razón para recordar lo mejor y sonreír...pero también me hace pensar en volver a tomar terapia y drogas nuevamente para dejar de ver a mis viejos amigos imaginarios-. 
...

Monday, April 01, 2013

EL MANGOS EN:

EL CRISTAL

Solía visitar un cafetin del cual me atraía su promoción de donas gratis en la compra de un capuchino.No era un gran café y las donas ademas de pequeñas sabían a cartón, pero para un estomago vacío y un bolsillo con agujeros $14.50 era un precio razonable por un desayuno y cena dignos de un pobre diablo. Lo mejor de todo era que podía entrar por la puerta trasera que estaba justo a un lado de mi apartamento.

Cierto día el café barato dejo de ser el único motivo para visitar la horrenda cafetería, pues en un instante de distracción al mirar por el ventanal de la entrada principal vi a aquella chica, estúpido y cursi seria decir que era la mujer mas bella que haya visto jamas, con una mirada que destruye completamente la razón, no te deja pensar con claridad y lo único que sale de tu boca son balbuceos ininteligibles y una sonrisa que convertía el sabor a cartón en néctar del valhalla (esta bien ya lo dije, juzguenme ahora). Ella paso lento, dirigió la mirada hacia mi lugar y me lanzó una sonrisa tan bella que seguro ni mi mama me hizo el día en que nací.

Quede perdido ante su encanto, me hizo sentir completamente inferior en todo sentido, era inalcanzable para cualquier mortal y sabia que no dejaría de pensar en ella esa noche. Al día siguiente a la misma hora paso de nuevo y sucedió exactamente lo mismo, paso frente a la ventana miró hacia mi lugar, me sonrío y siguió su camino, en 2 días mas de lo mismo ello se convirtió en una rutina que se repitió por dos semanas y media. 

Ese 10 de noviembre decidí que era momento de actuar y averiguar por lo menos su nombre o fracasar miserablemente; ese día me senté en la mesa mas cercana al ventanal, pedí un expresso y una chapata (lo mas caro del lugar) para celebrar el éxito del cual ya esta predispuesto y esperé la hora de siempre para intercambiar sonrisas.

 En punto de la hora ella estaba parada frente a mi, por primera vez en dos semanas y media se detuvo frente al vidrio mirando justamente donde se encontraba mi mesa, nos quedamos ahí mirándonos por un rato sin hacer nada, yo con mi cara de imbécil y ella tan guapa como siempre, Por un instante mis piernas se congelaron mientras la veía fijamente a los ojos, ella pasó sus dedos por su frente recogiendo un mechón de cabello que le cubría un poco el rostro, acomodo el cuello de su blusa, sonrío de nuevo, hizo un ademan con la mano y continuo su andar, Un minuto me tomo juntar fuerzas para levantarme, puse las bolas bajo mis pantalones en su lugar como debía ser y salí a buscarla para tomar el control de la situación, Al salir del café ella se había perdido entre una multitud miré por todos lados tratando de rastrear su camino sin ningún éxito, resignado respire hondo, mire al cielo y volví mi cabeza hacia el ventanal queriendo dirigir la vista hacia la mesa en la que estaba sentado...El cristal del ventanal de la entrada principal era reflectante.